viernes, 30 de octubre de 2020

93.- Declaración de dependencia (Un poema de "Años larguísimos")





[En su desnudo y revelador Diario de alarma, recientemente publicado en Destino (Barcelona, noviembre de 2020), Lorenzo Silva hace referencia a este poema y recoge algunos de sus versos. Vuelvo a darle las gracias desde aquí.]








jueves, 16 de julio de 2020

92.- Nota de la Asociación Colegial de Escritores.

[Nota en la página web
de la Asociación Colegial de Escritores
sobre "Años larguísimos" (13-VI-2019)]

       De esta muy peculiar antología, su autor, José Carlos Rosales, ha escrito: “Este libro es un álbum de poemas con el que, de la misma manera que ocurriría con los álbumes de fotos, se pretende hilvanar una cadena de instantes o vivencias hasta convertirlos en una historia, la historia de un propósito: escribir poemas que no fueran del todo inútiles o que, al menos, no lo fueran durante todo el tiempo o para todo el mundo.
      Exceptuando los de la última sección (procedentes de Memorias de una piedra, el libro en el que estoy trabajando desde 2015), la mayoría de los poemas aquí reunidos son aquellos que, publicados en revistas de poesía, suplementos culturales de la prensa, carpetas gráficas y homenajes, cuadernos de circulación restringida o panfletos diversos, nunca se integraron posteriormente en ningún libro o, en el caso de hacerlo, esos libros nunca llegaron a publicarse. Y salvo la corrección de alguna errata, se publican ahora tal y como se publicaron en su momento: el pasado no puede corregirse, nada puede alterarlo, es invariable.
     Muchos de ellos son poemas de encargo, algunos me sirvieron para probar un registro o ensayar alguna estrategia discursiva, y quizás no sean del todo homologables, pero fueron –o quisieron ser– honrados y sinceros, sostenibles. O, al menos, eso creo. O eso creí. Bienvenidos sean por lo tanto ahora que, con el paso del tiempo, se han ido convirtiendo en una especie de facción poética más o menos periférica o marginal, pero en absoluto prescindible, al menos para mí”.



lunes, 22 de junio de 2020

91.- Palabras de Cristina García sobre "El buzo incorregible" (Granada, 1988).


   […] Este libro gris de portada humilde editado no hace mucho en Granada parece uno de esos ejemplares destinados a venderse en librerías de viejo, como si se hubiera publicado muy a pesar suyo y con una total seguridad en que nadie abriría nunca sus páginas ni descubriría ningún mundo nuevo en sus palabras. No hay en la tímida cubierta ni un solo indicio de lo que se oculta en su interior, aunque intriga la extravagancia del título: “El buzo incorregible”. Sin embargo, hasta su apariencia sencilla y algo oscura de ejemplar sin otro destino que el de pasar desapercibido en bibliotecas perdidas concuerda también con su efecto poético: una vocación de modestia y de silencio desde la que resalta aún más el valor de la obra. 
   […] A lo largo de la travesía breve e intensa de “El buzo incorregible” a veces se tiene la impresión de ser un intruso; de presenciar algo que no estaba destinado a ojos extraños. La atmósfera de intimidad es perfecta, y hay que agradecer a José Carlos Rosales la precisión de su sensibilidad con la que, sin desvelar datos ni renunciar al secreto, fabrica poesía con el mismo material que otros hubieran empleado para inventar confidencias.
   […] Sabemos que su mayor pesar es haber llegado, tantas veces, a un puerto que “siendo una isla no es ningún paraíso”. Todos los días, todos los meses del año hemos visto la sombra de ese buzo escribiendo mensajes para nadie, inclinado sobre el lago de nuestra propia mirada en el espejo.
(Cristina García González,  "El buzo incorregible",
diario Granada 2000, Granada, 4 de enero de 1989)



 
(JCR con Cristina García y Pablo Alcázar / Diciembre de 1988) 



miércoles, 27 de mayo de 2020

90.- Palabras de Juan Carlos Rodríguez sobre "El precio de los días (Sevilla, 1991).



Diario Ideal (Granada, España, 25 de abril de 1992)

[Este artículo fue incluido posteriormente

por Juan Carlos Rodríguez en su libro
Dichos y escritos, Madrid, Hiperión, 1999, págs. 193-198]



[La imagen recogida en el artículo de IDEAL corresponde a la presentación del libro mencionado, celebrada el 6 de abril de 1992, en el Carmen de los Mártires, en la que estuve acompañado por dos verdaderos amigos, Rafael Fernández Pïñar (Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada en aquellas fechas) y el profesor Pablo Alcázar López.]






jueves, 21 de mayo de 2020

89.- Algunos poemas de "El precio de los días" (Sevilla, 1991) [I]

[I] El conjunto de poemas que reuní en El precio de los días (Sevilla, 1991) funcionan (o yo quería que funcionaran) como la crónica de una marginación o de un confinamiento, la de un desengaño profundo y paulatino. Una marginación y un desengaño que, como todas las marginaciones (morales, afectivas o ideológicas), generan en aquel que las padece la experiencia de un menosprecio, la demora inevitable de la vida, el aplazamiento de la existencia, una dolorosa postergación, total o parcial, temporal o definitiva. Las causas no importan: su enunciación en las páginas del libro habrían provocado que dicha situación de abandono no ocupara el eje central o que no pudieran expresarse todas sus derivaciones anímicas. Lo que me interesaba era delimitar ese marco vivencial, no sus causas. Cada lector podrá rellenar ese hueco –la ausencia de contexto o de anécdota– con experiencias de su propia vida. ¿Hay alguien que no haya sido expulsado o proscrito en alguna ocasión? ¡Qué más dan los motivos! No hay motivos que puedan justificar la deportación (física o psicológica), ya sea social, económica o familiar. Los excluidos saben de lo que hablo. Los fugitivos, también. Y los enfermos. Y los abandonados. Y los solitarios. No hay duda de que los aislados y los recluidos (por las causas que sean) perciben de un modo muy agudo las grietas que en el mundo existen, esas grietas que cada día nos acompañan y que habitualmente no solemos percibir con toda su crudeza: su plena percepción podría paralizarnos, nos volvería demasiado meditabundos, tal vez definitivamente hoscos, hostiles.


                



TRECE DE ABRIL, MIÉRCOLES

En la casa no suena ningún ruido.
Es de noche y las cosas ni se miran:
dormidas o despiertas, están lejos.

La oscuridad diluye en el entorno
ese punto forzoso de extravío
que a los ojos enreda y a las manos
debilita, confunde, desorienta.

Para pensar no hay sitio. Sólo hay
sentimientos inútiles que traen
una vaga conciencia de demora.


CATORCE DE ABRIL, JUEVES

El cuerpo como un son desconocido:
cerrada habitación para la música,
donde guarda la noche inagotable
su angustia diluida. No es posible
encontrar una llave que convierta
el pasado en presente, que revise
los sueños y las sombras, las caricias
más antiguas, también las más cercanas.

Encima de unas cartas sin remite,
una voz con ternura se pasea.


QUINCE DE ABRIL, VIERNES

Un empeño cautiva la memoria
y en la vida establece un pasadizo
con la entrada visible y la salida
oculta y disfrazada con engaños.

Sobrevivir seguro y protegido,
bajo un cielo calmado, está muy lejos.
Todo el tiempo aburrido, indiferente,
derrotado por un esfuerzo inútil:

aun cerrando los ojos con cuidado
no se regresa nunca al mismo sueño.
DIECISÉIS DE ABRIL, SÁBADO

Todo el futuro es una galerada
con demasiado mimo corregida:
añadiéndole al sueño alguna letra
perdida en el trasiego de la noche,
pasa el tiempo, y las cosas más queridas,
en un rincón, aguardan el momento
de poder alcanzar la superficie.

Advertido rebuscas en el agua
y las manos te miras con apuro:
si recuperas besos, no respiran.


DIECIOCHO DE ABRIL, LUNES

Del pasado regresan peregrinos
los residuos de un sueño que no tiene
un lugar adecuado. Con las muecas
del animal que huele las pisadas
a un ladrón que no existe, las fantasmas
de ese sueño se agitan y procuran
doblegar con astucia la conciencia.

Saben dónde se oculta lo más débil
y allí buscan el modo de lograr
un asedio insufrible, una ventaja.


VEINTE DE ABRIL, MIÉRCOLES

Un singular desorden te rodea,
descarado y molesto como un lienzo
de grandes dimensiones, pero a veces
minúsculo y sumiso, refugiado
entre los falsos pliegues del futuro:
una mano sin uñas los cosió
para que nunca pueda imaginarse
qué ocurrirá después de la tristeza.

Los sabores que mueve la mañana,
ese rumor que rompe lo que sueñas.



VEINTIDÓS DE ABRIL, VIERNES

En las cenizas yace la evidencia
de un pasado con fuego que no quiere
morirse tan deprisa. No se sabe
cómo surge la llama que recoge
en sus cercos la estampa de los días
que se fueron y vuelven indelebles
enseñando morosos sus traiciones.

Y, si logras soplar, todo es difícil:
hiere el polvo tus ojos y la herida
tal vez no cerrará sus bordes nunca.


VEINTINUEVE DE ABRIL, VIERNES

Tiene el futuro pliegues donde aguardan
contrabando y sorpresas con oficio.

Como el son de una polca que despista
en el baile de un pueblo engalanado,
el futuro aparece con aplausos.
Casi nada se sabe de su suerte
y esquivo se conduce sin reparo.

Pero al probar si vale todavía
te sorprende en sus pliegues la etiqueta
de fecha caducada.


UNO DE MAYO, DOMINGO

Borroso se conserva en el pasado
ese temor sin límites que estorba
el uso de los sueños esbozados
con calor en las horas más innobles.

Escapar de ese clima sin ayuda
es labor imposible y el futuro
no se acerca aunque a veces se haya oído.

Nos acomete entonces una idea:
que la vida ha llegado ya muy lejos
y lo que queda es sólo añadidura.


DOS DE MAYO, LUNES

El presente se cubre de hojarasca
y el tiempo a su cuidado se dedica.

Apacibles las horas se diluyen
rodeadas de nubes y promesas
cuyos límites nadie reconoce.

El dolor disimula los vacíos
que el pasado dispone y la aventura
no anima la codicia de futuro.

El esfuerzo por conservar la vida
anticipa su pérdida.


TRES DE MAYO, MARTES

Morir muy joven sin dejar noticia,
manuscritos, herencia, patrimonio,
sin que quede una casa rebosante
de papeles perdidos, ropa usada
y cajones con llave:
                                 son anhelos
algo antiguos que a un tiempo toleraban
una visión amable de las cosas,
una cita continua con la vida.

Mas siempre hubo retrasos, dilaciones,
y, para no morir, una coartada.



(#josecarlosrosales)



lunes, 11 de mayo de 2020

88.- Primavera tranquila (Un poema de "El buzo incorregible").





PRIMAVERA TRANQUILA

En ocasiones llueve durante el mes de mayo:
nos recuerda ese clima la épocas más frías,
los períodos de ámbar y líquido inflamable.
La actitud de sorpresa, la precaución cuidada,
inservibles se muestran ante tamaño encono.
En una casa noble dormirá sin sufrirlo
aquel que desconoce el rostro de la niebla:
dormirá sin sentirlo el huésped fastidioso.

Inhabitable sol, región abandonada:
toda ciudad recibe el nombre de prohibida.









martes, 21 de abril de 2020

87.- No fingir (Un poema de "Y el aire de los mapas").

Antonio Martín Flores, profesor de Filosofía en un Instituto de Enseñanza Secundaria de  la provincia de Sevilla, trabajó con sus estudiantes uno de los poemas de "Y el aire de los mapas", el titulado "No fingir". En enero de 2019, dentro de su loable iniciativa "Un poema cada semana", surgió el vídeo (de Diana Arroyo) que  posteriormente aparecería en el blog (todavía, afortunadamente, en activo) donde se recogen los frutos de un trabajo docente tan extenuante y valioso. Desde aquí les doy las gracias a los alumnos que asumieron esta propuesta y a su profesor, Antonio Martín, que la hizo (y la sigue haciendo) posible.


NO FINGIR

Se desgajó del grupo, siguió andando,
aunque luego, más tarde, se detuvo,
miró el cielo: no supo dónde estaba.

Se desgajó del grupo con la idea
de llegar a otro sitio, no estar solo
en medio del engaño, no fingir,
no traficar con mapas o mentiras.

Se desgajó del grupo y ahora vive
al margen del camino, sigue andando
de un sitio para otro: si no avanza,
tampoco retrocede.


(De Y el aire de los mapas, 2o14)



        En el blog ya citado, a modo de comentario del poema, se leen unas palabras indudablemente certeras: "Enero ha llegado. El dios Jano, de doble cara, nos invita a la reflexión sobre lo pasado y a intentar cambiar el futuro si el presente nos decepciona. Así se ha forjado parte de nuestras tradiciones occidentales y europeas. Pero aunque en cada lugar se celebra de un modo distinto (en Japón, por ejemplo, reciben al año nuevo limpiando a fondo la casa por fuera y por dentro, el significado resulta muy sugerente, por cierto), desde siempre, desde Babilonia y Roma, se recibía al Año Nuevo mediante nuevos propósitos (en el primer caso, el más popular era devolver las herramientas agrícolas; en el segundo, pedir perdón a los enemigos…). Así que en esta primera semana de 2019 nuestro poema quiere enunciar el propósito u objetivo para los meses venideros: NO FINGIR. (Por cierto, después de las fiestas navideñas, del consumismo que las definen y los encuentros forzados que exigen sacrificios incoherentes, no es extraño ese grito del título del poema)."

      "El poema no está exento de rebeldía, pero la realidad manda. Ahora que la deriva social parece dejar de lado la igualdad y los derechos humanos, el poeta granadino nos invita a ser uno mismo y realizar un acto difícil y comprometido: desgajarse. Como se desgaja una naranja, podemos pensar. Parece fácil, pero no lo es, todos tenemos la experiencia de que algo parece quedar en ese gajo que pertenece a un todo irremediablemente, aunque sea en forma de hilo, no es fácil deshacerse de ese leve filamento que se empeña en recordarnos nuestra pertenencia intrínseca a un todo que nos coarta, con el que ya no nos identificamos, al que queremos renunciar. Y en el caso de Rosales sabemos sus motivaciones: no traficar con mapas o mentiras."

      "El poeta granadino, por otra parte, conoce a lo que nos enfrentamos si decidimos dar el paso y romper con el grupo. En principio nos invade una sensación de cambio, de aspiraciones, respiramos y miramos el cielo con otros ojos, la liberación se asoma a nuestros ojos expectantes. Porque la intención es llegar a otro sitio, o al menos, no continuar en el mismo lugar que ocupa el resto. Y aunque, tal vez, no tenga el resultado esperado (y no avanza, tampoco retrocede), no debemos abandonar el propósito pese a situarnos, desde luego, al margen del camino."

     "Ese margen, distinto al que transita la mayoría, no es un lugar acogedor. En muchos casos no encuentras la libertad suficiente para desarrollar tus propias potencialidades o incluso intentarán por todos los medios que vuelvas al rebaño, que te des cuenta de tu error de ir por tu cuenta o fuera de su protección. La presión se ejerce de muchas maneras. Sin embargo, los propósitos que valen la pena no deben abandonarse, como sí se abandonan los típicos y superficiales de hacer más ejercicio, comer más sano o aprender otro idioma..."

      "En fin, la esperanza, frente a la lectura pesimista del propósito de este poema, se encuentra en el centro mismo de los versos: no estar solo / en medio del engaño. Sabemos que debe haber otras personas que no sigan engañándose. Esta esperanza no significa que vayamos a encontrarlos, pero al menos, sí sabremos que su compañía no es una quimera. Ese consuelo, frente a la masa, frente al poder que impone sus propios objetivos, nos alienta para no desfallecer y mantener el propósito de Rosales: NO FINGIR. No volver hacerlo nunca más, ni siquiera en Navidad. Yo sé que no estoy solo, que entre los lectores de este blog existen, al margen, pero hombro con hombro, personas que son capaces de elegir otros caminos distintos, personas que creen en la igualdad real y que continúan en la lucha necesaria por la defensa de los derechos humanos."









lunes, 13 de abril de 2020

86.- La tristeza (Un poema de "El horizonte").





LA TRISTEZA

La tristeza era dulce cuando era un pasatiempo,
una forma de estar sin estar en el mundo,
una máscara fácil, un engaño.

Entonces la tristeza lograba que las cosas
más turbias o más tristes estuvieran ausentes.
Era un modo de ver, sin mirar, el dolor,
o la muerte, o el miedo.

La tristeza era dulce porque era gratuita,
una excusa inocente para quedarse en casa,
un escondite inútil y tranquilo.

La tristeza es ahora un testigo insultante,
compañera atrevida que llega sin aviso,
pariente inoportuno. La tristeza es ahora
tan amarga que escuece.

Surge porque la vida a veces no se porta
tan bien como debiera. Viene con causa firme
y procura, tramposa, quedarse para siempre.



jueves, 9 de abril de 2020

85.- Un poema de "El buzo incorregible" (1)



UNA MAÑANA ANTERIOR

Luna de abril prendida a un cielo sin arrugas,
resbalando de un globo que se rasga y se rompe,
establece en el día un tramo de sorpresa:

un papel de fumar mientras vuela te indica
la precisión que causa saber que te equivocas.

(De "El buzo incorregible", Granada, 1988)




Una ciclista se detuvo, el 8 de abril de 2020, a observar la superluna en Alemania / AFP