miércoles, 19 de febrero de 2025

123.- Dos poemas de "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa" en la voz de José Luis Rico [23].


Buenas tardes o buenas noches, el poeta Jose Luis Rico ha tenido la gentileza o generosidad de incorporar dos poemas de "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa" a su página o canal de YouTube. Su voz es espléndida y su manera de leer está llena de sabiduría. Le doy las gracias desde aquí con un abrazo grande.





martes, 18 de febrero de 2025

122.- Cinco poemas de "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa" publicados en Zenda [22].


Buenas tardes o buenas noches, gracias a la mediación de los editores de Bartleby, se han publicado cinco poemas míos en la revista virtual Zenda Libros. Pertenecen a mi reciente libro de poemas "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa". Muchas gracias los que os paséis por este enlace y leáis estos poemas.




lunes, 25 de noviembre de 2024

121.- Presentación en Málaga (24 de abril de 2004, 12 horas) [21].

 


Gracias a la colaboración y compañía de Héctor Márquez, Alguien lleva una piedra escondida en la ropa se presentó en Málaga, en el espacio de El Tercer Piso de la Librería Proteo. Fue el 24 de abril de este año de 2024, a las 12 de la mañana. Muchas gracias a los amigos (Pablo Alcázar, Irene Alcázar, Isel Rivero, Miguel Urbano y Maite, José Antonio Mesa Toré...) que me acompañaron en esta velada feliz, sin ellos nada sería posible. Se incluye más abajo, tras algunas imágenes, el enlace al vídeo completo de la presentación.



Presentación de
Alguien lleva una piedra escondida en la ropa
 en la Librería Proteo de Málaga.


miércoles, 11 de septiembre de 2024

120.- Artículo de Pedro Cerezo Galán sobre "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa" [20].

En el último número del Boletín de la Academia de Buenas Letras de Granada (núm. 22 / Enero-Junio de 2024) se ha publicado un artículo del Pedro Cerezo Galán (Catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada) sobre el libro de poemas "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa".













lunes, 19 de agosto de 2024

119.- "Pierden plumas" (Imágenes para un poema de "El precio de los días", Sevilla, 1991).


 


CATORCE DE MAYO, SÁBADO

Pierden plumas los pájaros que vuelan
y abandonan su suerte en las regiones
donde anidó un pasado ineficiente.

Atravesando un cielo sin fisuras
pierden plumas los pájaros: lo saben,
mas lo olvidan tranquilos cuando vuelan
y anhelan atinar con la salida.

Recobrarán de nuevo su plumaje
en otras latitudes y en las plazas
vuelan sueltas las plumas que perdieron.

(De "El precio de los días", Sevilla, 1991)




domingo, 18 de agosto de 2024

118.- Presentación en Cádiz (21 de mayo de 2024) [19].

El 21 de mayo del 2024, a las 19.00 horas de la tarde, se presentó en Cádiz, en la Fundación Carlos Edmundo de Ory, "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa". Me acompañó el escritor y amigo Jesús Fernández Palacios. Todo fue amistoso y feliz.  









lunes, 17 de junio de 2024

116.- Presentación en Úbeda (24 de abril de 2024) [17].

El  24 de abril del año de 2024, a las 12,30 de la mañana, se presentó en Úbeda (Jaén), en la Iglesia de San Lorenzo, "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa". Me acompañó el escritor y amigo Juan Carlos Sierra. Y todo fue posible gracias a la hospitalidad de Manuel Berlanga y de la Fundación Huerta de San Antonio. Todo fue cálido y amistoso, casi íntimo. Y la compañía de Juan Carlos Sierra y de Manuel Berlanga, inolvidable.





"Alguien lleva una piedra escondida en la ropa",
esperando en un banco de las calles de Úbeda
(Imagen de Juan Carlos Sierra).





[Minicrónica televisiva]


sábado, 18 de mayo de 2024

115.- En el último número de la Revista Quimera (número 485, mayo 2024) se ha publicado una reseña de Jesús Cárdenas [16].

"Mundo Inhóspito", de Jseús Cárdenas
 (Quimera, 485, mayo 2024




114.- Presentación en Huelva (14 de febrero de 2024) [15].

El 14 de febrero de este año de 2024, se presentó el Sevilla, en la Biblioteca Pública Provincial, "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa". Me acompañó el poeta y amigo Juan Cobos Wilkins. Todo fue posible gracias a la hospitalidad del Centro Andaluz de las Letras. Y También estuvieron allí, entre otros, Juan José Díaz Trillo y Noelia Melara.









martes, 7 de mayo de 2024

113.- Presentación en Sevilla (13 de febrero de 2024) [14].

El 13 de febrero de este año de 2024, se presentó el Sevilla, en el CICUS (Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla), "Alguien lleva una piedra escondida en la ropa". Me acompañó el poeta y amigo Juan Lamillar. Todo fue posible gracias a la hospitalidad del Centro Andaluz de las Letras.










 

miércoles, 10 de abril de 2024

112.- Reseña crítica de Juan Carlos Sierra en Estado Crítico [13].

Simbología y política
Juan Carlos Sierra



      Hace muchos años (y creo que esto ya lo he escrito antes en algún lado -creo, por tanto, que debería intentar repetirme menos-), le escuché decir a Luis Muñoz en unas jornadas otoñales de poesía que organizaba la UNED de Melilla que hay fundamentalmente dos maneras de escribir un poemario; a saber: por acumulación o por avenida, si se me permite un símil hidráulico que tan a propósito puede venir al hablar del libro que nos ocupará en esta reseña, Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, de José Carlos Rosales (Granada, 1952). Me explico. Existen, por un lado, los libros que se van haciendo por acopio o por lluvia diseminada de poemas sueltos escritos a lo largo de un tiempo más o menos dilatado, y que luego van encontrando una coherencia (o eso nos quiere hacer pensar el poeta) en un libro de poemas unitario (o eso sigue intentando el poeta que asumamos los lectores); en el otro extremo, estarían los que surgen por avenida, es decir, por una suerte de crecida en la imaginación, en el intelecto, en el alma (o donde quiera que comience la creación en un poeta), desborda los intereses e inquietudes del creador, los focaliza en un punto y, una vez que baja un poco el nivel de las aguas creativas -o no necesariamente-, este se pone a escribir en torno a dicha pulsión, de donde surgirá con el tiempo un libro de poemas cuya coherencia (o eso nos quiere hacer pensar el poeta) se encuentra precisamente en esa avenida primera. En cualquier caso, sea por acopio o por aluvión, el tiempo y los poemas dirán en qué queda todo lo pergeñado.
     A la última estirpe de las descritas responden los poemarios más recientes de José Carlos Rosales, Si quisieras podrías levantarte y volar (a la sazón, Premio Estado Crítico de Poesía 2017) y el mencionado más arriba Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, ambos publicados por Bartleby. En estos dos libros, fieles a su naturaleza de aluvión, existe todo un universo narrativo y lírico bien trabajado, bien medido, coherente, íntegro e integral, orgánico,… que intentaremos analizar en los siguientes párrafos, pero solo a propósito del segundo poemario, ya que el primero tuvimos oportunidad de tratarlo en estas páginas hace ya siete años (https://www.criticoestado.es/verdadera-tristeza/). Vaya por delante, no obstante, una advertencia antes de avanzar más en Alguien lleva una piedra escondida en la ropa: su universo lírico es tan rico que, para no quitarle su sitio al lector, nos limitaremos a señalar solo aquello que nos parece más destacado.
     En primer lugar, quizá lo que inmediatamente salta a la vista lectora, ya desde el primer poema ‘Pies de vidrio’, es su estructura narrativa. Y es que José Carlos Rosales, como si estuviera construyendo una novela en verso, va narrando historias cruzadas de personajes sin nombre: los que esperan entre la desesperación y la resignación en la parada del autobús, los miembros arquetípicos de una familia también arquetípica -Padre, Madre, Hermano Mayor,…- y las historias de un personaje inesperado, sorprendente, poliédrico: esa piedra que alguien lleva escondida en la ropa. Todos estos elementos se conjugan con un ambiente opresivo, húmedo, pegajoso, gris, destructor, que es la lluvia que todo lo empapa y lo condiciona –’Dictadura húmeda’- en la mayor parte de los poemas del libro.





lunes, 12 de febrero de 2024

111.- Presentación en Guadix, Granada (17 de enero de 2024) [12].


El 17 de enero de este año de 2024, se presentó el Guadix (Granada) Alguien lleva una piedra escondida en la ropa. Me acompañó el poeta Antonio Enrique. Todo fue posible gracias a la hospitalidad del Ayuntamiento de Guadix y de su concejala de Cultura, Encarnación Pérez Rodríguez.










 

110.- Reseña crítica de Alfonso Lázaro Paniagua en Granada Hoy (11 de febrero de 2024) [11].


Convivir sin reserva





ALFONSO LÁZARO PANIAGUA

PROFESOR DE FILOSOFÍA / Granada, 11 Febrero, 2024



"De un algo que pasa/ y que nunca llega:/la historia confusa/ y clara la pena". Encabezo estas líneas con unos versos de Antonio Machado que quisieran ser también su título. Pertenecen a las canciones de Soledades, donde el poeta captó magistralmente la enseñanza del simbolismo o, mejor, su música, las cadencias de los cantos de los niños que vierten sus almas como vierten sus aguas las fuentes de piedra. Al final, la fuente borra la historia y sólo queda la pena. Pero hay una recóndita sabiduría en ese poema expresada en bruscas antítesis: lo que pasa y no llega, lo confuso y lo claro.

La evocación se me ha impuesto al leer los poemas de José Carlos Rosales en su último poemario, Alguien lleva una piedra escondida en la ropa. En efecto, desde el primer poema, titulado Pies de vidrio (págs. 13-14), sabemos que no hay a dónde ir y, sin embargo, todo el mundo anhela la llegada de un autobús cualquiera, pues "cualquier autobús sirve", dado que van a cogerlo quienes, sin dejar de moverse, no tienen a dónde ir: "[…] no dejan de moverse,/ movimientos que son los movimientos/ del que no tiene a dónde ir,/ aquel que nunca se detuvo […]". Esa es la gente que espera un autobús que no lleva a ningún sitio y que no abriga la esperanza del regreso: "Todo el mundo se va,/ nadie regresa a ningún sitio".

Hay algo de espectral en esa gente que espera un autobús: "Van como sonámbulos" y "su rumbo no es un rumbo"; están extraviados, pues esa "demasiada gente parada en la parada/ de un autobús que no llegará hoy,/ quizás no llegue nunca/ o llegará tan tarde que llegará tardísimo,/ cuando pase, si pasa,/ lo hará con el cartel de Fuera de servicio" (en Todo se moja, pág.24). Todo ello testimonia "un mundo que se fue" y por ello no hay regreso posible. Ya se habló de una "mecánica imparable", de "un temblor aleatorio" que es la dolencia del que no tuvo a dónde ir y nunca se detuvo. Y que luego se matiza, en Cristales con vaho (págs. 28-29) como "movimiento perpetuo", como "movimiento incesante", leyes de una física espectral para ese mundo de sonámbulo en el que no hay ruta, no hay origen. En el que las piedras que se llevan sólo pesan y en su peso alojan un mundo del que no se espera alivio alguno.

Pero en Pájaro verde (pág. 33) algo se anuncia. Aquella piedra en la que el pájaro se posa reclama la atención del poeta y hace sonar la alarma para que reforcemos la atención; el pájaro verde que estuvo en aquella piedra anunciaba nada menos que "cambio de clima, nueva época". Creo entender que la piedra anuncia cambios profundos, ya no estaría sumida en el silencio mineral, sino que dejaría "que el tiempo fluya como fluye / el agua que la lleva hacia otro cauce" (en Otro cauce, pág. 35). El tiempo es el agente de toda transformación y mueve a las piedras para que se imaginen alcatraces, "materia viva, piel/ que se mueve buscando un hospedaje,/ formar parte de un puente, hacer caminos,/ edificar con otras un albergue" (en Alcatraz que voló, pág. 43).

Me basta sólo seguir el impulso de la piedra, ya materia viva, en su búsqueda para saber que hemos alcanzado la luz de un faro, el sosiego del marino que anuncia tierra a la vista. Las piedras ya no son sólo peso ‑la ley física que las acaricia‑, buscan hospedaje, juntarse haciendo puente o camino y hasta edificando albergues. Y es que hospedería, albergue, puente o camino no son sino lugares de encuentro del hombre.

Algo ha cambiado en el libro sustantivamente. Hemos saltado las bardas que cercaban el mundo, del que todos se van y donde nadie se queda para ir "hacia otras tierras […] lejos de aquí,/ y […] hablar con alguien/ y que cada palabra dijera lo que dice". Se alcanza una vida sin muros en la que es posible "convivir sin reservas,/ estar sin alejarse" (en La sorpresa, pág. 58).

Se cumple finalmente ese ‘estar’ en una "Playa sin nadie", divisa de la segunda sección de Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, reverso de aquel "Fuera de servicio" con el que también se nombra la primera parte del poemario.

Ahora sí, es posible pensar en el sujeto del libro, acaso tú mismo, lector, como aquel que dejara "[…] en la playa esa piedra/ que le pudo enseñar lo que sabe" […] (en Última caricia, pág.65); y se alejara "[…] pensando que el tiempo/ desde ahora será diferente:/ más ligero o más limpio, más claro". Toda lectura en la que nos demoramos gustosamente acaba interpelándonos. Yo encuentro aquí la ‘piedra pequeña’ de León Felipe, sin duda un canon de la piedra como materia poética.

Ahora la historia entra en la biografía y en los acontecimientos, que ya sí nos pertenecen. Somos protagonistas de los mismos. Nos incumbe lo que pasa. La historia ya no es ‘confusa’ y la ‘pena’ se ha de diluir en la corriente, porque el tiempo como el agua liman, pulen abatiendo lo que hiere con la fuerza y la lentitud con la que el mar incide en los pecios de su fondo, trabajando en silencio, "puliendo sin descanso lo que estaba hecho añicos" (en Las aristas del mundo, pág. 66).

Así, como ‘piedra pequeña’ en ‘playa sin nadie’, el libro se despeja como horizonte y este no es otra cosa que la historia de la vida.


109.- Presentación en Quéntar, Granada (6 de febrero de 2024) [10]

El 6 de febrero se presentó este libro en Quéntar (Granada) gracias a la colaboración del poeta y amigo Yago Mellado. El público fue muy amable, con gran capacidad de escucha: entre los allí presentes hubo una niña muy observadora y amable (también coleccionista de piedras) que hizo el dibujo que acompaña estas líneas; esa niña sensible se llama Kaleya.